El cineasta cubano salvadoreño Jorge Dalton es hijo del poeta Roque Dalton, asesinado en 1975 por pugnas dentro de la guerrilla de El Salvador - DU
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Raíces San Salvador El Salvador
“Tenía necesidad de decir algo de Cuba antes de que sea tarde”
Entrevista a Jorge Dalton Por Alberto Barrera,periodista, miembro del equipo editor de “Raíces”
Al cineasta salvadoreño Jorge Dalton, le acaban de reconocer sus méritos en la “Tercera Muestra Internacional del Documental Independiente” Cádiz.doc por su aporte al cine documental.Dalton presentó “Cuando yo soñaba un mundo al revés” que es un homenaje al cine y a la Cuba que siempre añora y respeta.El documental apareció entre los galardonados por el jurado, que premió entre otros a la mejor dirección de largometraje documental a SanFermines 78 y a la mejor dirección de cortometraje a La petite Nelly.Cuando yo soñaba un mundo al revés es un documental de 27 minutos, que fue dirigido y producido en octubre de 2004 por Jorge Dalton, quien además es el responsable del guión, la cámara 35 mm de Iván Oms, Dalton en animación y montaje; la Banda Sonora es de Carlos Varela, Bola de Nieve y Yadam González. Con imágenes son de Santiago Álvarez, Eduardo Hernández “Guayo”, Joris Ivens, Bernabé Hernández y George Meliés.Sinopsis: “una travesura, un extraño viaje a la infancia, paraíso perdido al que retornamos mediante un juego inocente y peligroso en que se desatan amores, verdades, virtudes y añoranzas.Los niños vuelan sobre las pesadillas de neón y Bola de Nieve, sigue cantando desde la oscuridad a la luz sin sospechar qué ha sido de nosotros. Que fue de todos los que una vez fueron parte de un país, una isla que pareció podía convertirse en el mejor de los mundos posibles.Un poema collage creado a partir de material cinematográfico inservible, fragmentos de films encontrado en basureros, películas caseras, material de archivo, foto fija, animación en video y animaciones en celuloide, empleando técnica Mc Laren”.En una entrevista con Raíces, Jorge habló acerca de las motivaciones que le llevaron a realizar el documental, decir algo “con cariño” hacia la Cuba que le alojó a él y a su familia, tratar de hacer servibles materiales desechados y de alguna manera hacer un homenaje al cine.
p-¿Cuál es la intención del trabajo?-
“Es cierto, siempre hay una intención, pero en este caso todo miraba alrededor de Cuba, tal vez por el agradecimiento que tengo de haber vivido tantos años ahí, tenía una necesidad de decir algo de Cuba antes de que sea demasiado tarde. Recurrí a cosas muy nostálgicas que me unen a Cuba.La primera parte de la historia tiene que ver con la infancia, luego yo mezclo varios formatos de cine y varios lenguajes cinematográficos a la vez, hay un homenaje al cine mudo porque hay una estructura que va llevando la historia en la manera que se hacía el cine mudo. Utilicé material de archivo, filmé en 35 milímetros, incluso filmé con una película que estaba vencida y tuve el riesgo de que a la hora de revelar no sirviera nada. Mi idea es que las cosas inservibles hacerlas útiles. Otro material que utilicé fueron pedazos de película que me encontré en un basurero en una caminata por La Habana y los guardé en mi casa sin pensar que eso me iba a servir, ahora las uní. Hice animaciones.Al final hay como una reflexión muy seria después de todo este juego con el tiempo, la película tiene varias lecturas, es como un viaje al pasado. Le llega muy de cerca no sólo a los cubanos que es a quienes yo dirijo la película, sino a la gente que está entrando en la edad que tengo yo, hacer un viaje un poco loco al pasado, pero teniendo en cuenta mi incertidumbre sobre el futuro de Cuba. La película de alguna manera tiene esa interrogante, ¿qué va a pasar en Cuba?, ¿qué nos queda de Cuba?, ¿qué fue de nosotros los que habitamos esa isla?, de los que un día habitamos esa isla y que pensamos que podría ser el mejor de los mundos. Todos vivíamos convencidos que habitábamos el mejor de los mundos y eso no fue así con el paso del tiempo, ha tenido toda una transformación para nosotros, a los que dedico la película, que la dedico a todos mis grandes amigos y no hemos tenido la suerte de terminar en ese paraíso en que vivíamos en un mundo que se ha desperdigado.Al final hago una reflexión bastante seria, dura y crítica sobre el futuro de Cuba, pero yo tengo una manera muy cariñosa de hablar de Cuba en todos los aspectos, a pesar de que puedo tener una posición crítica, pero siempre me dirijo con cariño. Es una manera de abordar el asunto desde el punto de vista muy personal.“Cuando yo soñaba un mundo al revés”, el título, proviene de un poema de Agustín Goytisolo, que más que todo tiene que ver con una versión musical que hizo Paco Ibáñez de la poesía de Goytisolo, por supuesto en la película no aparece la pieza, simplemente es un poco agarrar las imágenes, alterarlas, como si es un niño que altera la realidad, el pasado, el futuro, hay una mezcla de muchas cosas.Hay un homenaje al cine, una reexaltación del cine documental, hay animación, son varias cosas en las que me apoyé para contar esta historia sobre todo para los cubanos para quien estaba dirigida la película, pero no he podido mostrarla porque la mandé al Festival Internacional de La Habana y fui censurado, fue sacada de la competencia cuando ya estaba inscrita el año pasado en diciembre. La mostré en España y la gente lloraba y se reía, yo no puedo hablar de Cuba sino se ríe y no se llora.Esa película la monté en El Salvador, hay amigos involucrados, gracias a esos amigos en el ministerio de Educación me echaron la mano, gracias a eso pude hacer realidad toda esa carga emotiva que tenía dentro de mí y hacérselo ver a los demás, porque solo yo estaba claro de lo que quería hacer y ellos me toleraron.
p-¿Hubo un guión o todo fue saliendo con la creatividad?-
“No, no hubo un guión, aunque yo tengo un estilo en mis trabajos documentales de no trabajar tradicionalmente, tengo un estilo no muy usual, no trabajo guiones, porque cuando estás filmando no sabes que va a pasar en unos segundos, o cuando vas a filmar no sabes si va a llover y lo que vas a tomar va a ser irrepetible, en una película de ficción sí, porque si algo sale mal lo podés repetir. En el caso del documental me es muy difícil hacer un guión, aunque tengo siempre bien claro lo que quiero, pero no se a ciencia cierta qué es lo que voy a filmar.En este caso se me ocurrió filmar a un niño, pero a la hora de tener todo, la cámara y todo ahí el niño no quiso que trabajara con él y no se, me tuve que ir detrás de una cortina y explicarle a una asistente que le dijera lo que yo quería, y el niño hace todo pero diciéndole todo a la amiga, era imposible que yo hiciera un guión.
p-¿Hay un personaje central?-
“El niño juega con la imagen, todo gira alrededor de la imaginación, con esta parte lúdica que es el viaje a la infancia el niño representa todo eso, yo filmé a ese niño que juega con cosas imaginarias, pero que tuve que dibujar cuadro a cuadro, como hacían los que inventaron el cine y tuve que dibujar encima del celuloide, un trabajo de loco, manual, cuadro a cuadro, con una lupa, rayando y pintando el celuloide, como hacía un conocido cineasta canadiense Norman McLaren, que es un homenaje también a él y tuve el privilegio de ver sus películas en Cuba, es como el Walt Disney canadiense, pero sus películas son de una experimentación tal que algunas no las entienden ni los niños”
.p-¿Por qué sacaron la película del festival de La Habana?-
“No se, tengo la desgracia que no tengo ninguna carta, ha habido un silencio alrededor. A mi se me imagina que fue debido a que entre la cantidad de gente a la que dedico la película, están Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, están mi padre, mis hermanos, todos los amigos míos que se han ido de Cuba, un montón de gente y entre ellos Raúl Rivero, el poeta que estuvo encarcelado y en ese momento aún estaba en la cárcel y me da la impresión que ese es el motivo que yo imagino.Mi interés no es dañar a la nación cubana, no es dañar a lo que yo tanto dediqué en Cuba, tengo una manera muy respetuosa de ver las cosas en Cuba, aunque sea crítico.
p-¿Y ahora para donde va la película?-
“Ahora va a ir al Festival Nacional de Bogotá, al Bogocine y para el Festival Latino de Chicago?.
p-¿Y tu producción, tenés algo en proceso?-
“Siempre estoy produciendo, ahorita dos cosas aquí, una historia que estoy a punto de terminar que es la historia de un cubano que vive aquí en El Salvador, es un músico cubano que vino hace más de 10 años, Pedro Martínez.Pedro es graduado en una de las mejores academias de música en Rusia, cuando era todavía la Unión Soviética y fue testigo de todo el derrumbe del socialismo y me interesó mucho el tema. Estoy recogiendo todo el testimonio.El otro es un documental que aun no he podido terminar porque me parece complejo, que es la visión que tienen los salvadoreños de la muerte, toda esa cultura de la muerte, de la violencia, pero no desde el punto de vista antropológico sino que es esa manera de cómo veo yo que vengo un poco de fuera y que me extraña de cómo los salvadoreños conviven con la muerte de una manera para mí inusual, pero tan cotidiana que para mí, siendo también salvadoreño, no acabo de adaptarme.El documental se llama “Hasta que la vida nos separe”, o sea que cuando aquí se logre pensar de que la vida es lo primero ese índice de violencia y esa mentalidad de que la muerte es pasar a un periodo mejor, la gente dice cuando se va un bus en un barranco y siempre hay una viejita que dice ‘pasaron a una mejor vida’ y yo no puedo (ujjchhh) adaptarme a eso. Estoy en ese documental con mucho empeño porque tengo muchas imágenes buenas de El Salvador, he filmado en un montón de pueblo.p-¿Y por qué esos títulos sugestivos de tus materiales?-“Tal vez sea porque mi padre, a pesar de que era muy buen poeta, tenía buena puntería para los buenos títulos y de alguna manera me preocupo que mis trabajos tengan un trasfondo poético”.
p-¿Y el documental de Pedro Portillo?-
“Lo de Pedro Portillo es una cosa que acabo de terminar: ‘Los paraísos perdidos’ es el título de una obra de Pedro, quien me parece se merecía que alguien dijera algo de él, que se contara algo. El tenía ganas de contarle a la gente que no era un simple fumador de marihuana o ‘jipi’ como injustamente se dice y me llamó la atención. De una manera muy sencilla, modesta, se hizo el trabajo. Es uno de los personajes que valen la pena, refleja mucho del salvadoreño. Pedro camina en ese límite entre la mentira y la verdad, para mí la verdad y mentira de Pedro me interesa mucho. Creo que muchos salvadoreños son así...jejeje
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Raíces San Salvador El Salvador
“Tenía necesidad de decir algo de Cuba antes de que sea tarde”
Entrevista a Jorge Dalton Por Alberto Barrera,periodista, miembro del equipo editor de “Raíces”
Al cineasta salvadoreño Jorge Dalton, le acaban de reconocer sus méritos en la “Tercera Muestra Internacional del Documental Independiente” Cádiz.doc por su aporte al cine documental.Dalton presentó “Cuando yo soñaba un mundo al revés” que es un homenaje al cine y a la Cuba que siempre añora y respeta.El documental apareció entre los galardonados por el jurado, que premió entre otros a la mejor dirección de largometraje documental a SanFermines 78 y a la mejor dirección de cortometraje a La petite Nelly.Cuando yo soñaba un mundo al revés es un documental de 27 minutos, que fue dirigido y producido en octubre de 2004 por Jorge Dalton, quien además es el responsable del guión, la cámara 35 mm de Iván Oms, Dalton en animación y montaje; la Banda Sonora es de Carlos Varela, Bola de Nieve y Yadam González. Con imágenes son de Santiago Álvarez, Eduardo Hernández “Guayo”, Joris Ivens, Bernabé Hernández y George Meliés.Sinopsis: “una travesura, un extraño viaje a la infancia, paraíso perdido al que retornamos mediante un juego inocente y peligroso en que se desatan amores, verdades, virtudes y añoranzas.Los niños vuelan sobre las pesadillas de neón y Bola de Nieve, sigue cantando desde la oscuridad a la luz sin sospechar qué ha sido de nosotros. Que fue de todos los que una vez fueron parte de un país, una isla que pareció podía convertirse en el mejor de los mundos posibles.Un poema collage creado a partir de material cinematográfico inservible, fragmentos de films encontrado en basureros, películas caseras, material de archivo, foto fija, animación en video y animaciones en celuloide, empleando técnica Mc Laren”.En una entrevista con Raíces, Jorge habló acerca de las motivaciones que le llevaron a realizar el documental, decir algo “con cariño” hacia la Cuba que le alojó a él y a su familia, tratar de hacer servibles materiales desechados y de alguna manera hacer un homenaje al cine.
p-¿Cuál es la intención del trabajo?-
“Es cierto, siempre hay una intención, pero en este caso todo miraba alrededor de Cuba, tal vez por el agradecimiento que tengo de haber vivido tantos años ahí, tenía una necesidad de decir algo de Cuba antes de que sea demasiado tarde. Recurrí a cosas muy nostálgicas que me unen a Cuba.La primera parte de la historia tiene que ver con la infancia, luego yo mezclo varios formatos de cine y varios lenguajes cinematográficos a la vez, hay un homenaje al cine mudo porque hay una estructura que va llevando la historia en la manera que se hacía el cine mudo. Utilicé material de archivo, filmé en 35 milímetros, incluso filmé con una película que estaba vencida y tuve el riesgo de que a la hora de revelar no sirviera nada. Mi idea es que las cosas inservibles hacerlas útiles. Otro material que utilicé fueron pedazos de película que me encontré en un basurero en una caminata por La Habana y los guardé en mi casa sin pensar que eso me iba a servir, ahora las uní. Hice animaciones.Al final hay como una reflexión muy seria después de todo este juego con el tiempo, la película tiene varias lecturas, es como un viaje al pasado. Le llega muy de cerca no sólo a los cubanos que es a quienes yo dirijo la película, sino a la gente que está entrando en la edad que tengo yo, hacer un viaje un poco loco al pasado, pero teniendo en cuenta mi incertidumbre sobre el futuro de Cuba. La película de alguna manera tiene esa interrogante, ¿qué va a pasar en Cuba?, ¿qué nos queda de Cuba?, ¿qué fue de nosotros los que habitamos esa isla?, de los que un día habitamos esa isla y que pensamos que podría ser el mejor de los mundos. Todos vivíamos convencidos que habitábamos el mejor de los mundos y eso no fue así con el paso del tiempo, ha tenido toda una transformación para nosotros, a los que dedico la película, que la dedico a todos mis grandes amigos y no hemos tenido la suerte de terminar en ese paraíso en que vivíamos en un mundo que se ha desperdigado.Al final hago una reflexión bastante seria, dura y crítica sobre el futuro de Cuba, pero yo tengo una manera muy cariñosa de hablar de Cuba en todos los aspectos, a pesar de que puedo tener una posición crítica, pero siempre me dirijo con cariño. Es una manera de abordar el asunto desde el punto de vista muy personal.“Cuando yo soñaba un mundo al revés”, el título, proviene de un poema de Agustín Goytisolo, que más que todo tiene que ver con una versión musical que hizo Paco Ibáñez de la poesía de Goytisolo, por supuesto en la película no aparece la pieza, simplemente es un poco agarrar las imágenes, alterarlas, como si es un niño que altera la realidad, el pasado, el futuro, hay una mezcla de muchas cosas.Hay un homenaje al cine, una reexaltación del cine documental, hay animación, son varias cosas en las que me apoyé para contar esta historia sobre todo para los cubanos para quien estaba dirigida la película, pero no he podido mostrarla porque la mandé al Festival Internacional de La Habana y fui censurado, fue sacada de la competencia cuando ya estaba inscrita el año pasado en diciembre. La mostré en España y la gente lloraba y se reía, yo no puedo hablar de Cuba sino se ríe y no se llora.Esa película la monté en El Salvador, hay amigos involucrados, gracias a esos amigos en el ministerio de Educación me echaron la mano, gracias a eso pude hacer realidad toda esa carga emotiva que tenía dentro de mí y hacérselo ver a los demás, porque solo yo estaba claro de lo que quería hacer y ellos me toleraron.
p-¿Hubo un guión o todo fue saliendo con la creatividad?-
“No, no hubo un guión, aunque yo tengo un estilo en mis trabajos documentales de no trabajar tradicionalmente, tengo un estilo no muy usual, no trabajo guiones, porque cuando estás filmando no sabes que va a pasar en unos segundos, o cuando vas a filmar no sabes si va a llover y lo que vas a tomar va a ser irrepetible, en una película de ficción sí, porque si algo sale mal lo podés repetir. En el caso del documental me es muy difícil hacer un guión, aunque tengo siempre bien claro lo que quiero, pero no se a ciencia cierta qué es lo que voy a filmar.En este caso se me ocurrió filmar a un niño, pero a la hora de tener todo, la cámara y todo ahí el niño no quiso que trabajara con él y no se, me tuve que ir detrás de una cortina y explicarle a una asistente que le dijera lo que yo quería, y el niño hace todo pero diciéndole todo a la amiga, era imposible que yo hiciera un guión.
p-¿Hay un personaje central?-
“El niño juega con la imagen, todo gira alrededor de la imaginación, con esta parte lúdica que es el viaje a la infancia el niño representa todo eso, yo filmé a ese niño que juega con cosas imaginarias, pero que tuve que dibujar cuadro a cuadro, como hacían los que inventaron el cine y tuve que dibujar encima del celuloide, un trabajo de loco, manual, cuadro a cuadro, con una lupa, rayando y pintando el celuloide, como hacía un conocido cineasta canadiense Norman McLaren, que es un homenaje también a él y tuve el privilegio de ver sus películas en Cuba, es como el Walt Disney canadiense, pero sus películas son de una experimentación tal que algunas no las entienden ni los niños”
.p-¿Por qué sacaron la película del festival de La Habana?-
“No se, tengo la desgracia que no tengo ninguna carta, ha habido un silencio alrededor. A mi se me imagina que fue debido a que entre la cantidad de gente a la que dedico la película, están Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, están mi padre, mis hermanos, todos los amigos míos que se han ido de Cuba, un montón de gente y entre ellos Raúl Rivero, el poeta que estuvo encarcelado y en ese momento aún estaba en la cárcel y me da la impresión que ese es el motivo que yo imagino.Mi interés no es dañar a la nación cubana, no es dañar a lo que yo tanto dediqué en Cuba, tengo una manera muy respetuosa de ver las cosas en Cuba, aunque sea crítico.
p-¿Y ahora para donde va la película?-
“Ahora va a ir al Festival Nacional de Bogotá, al Bogocine y para el Festival Latino de Chicago?.
p-¿Y tu producción, tenés algo en proceso?-
“Siempre estoy produciendo, ahorita dos cosas aquí, una historia que estoy a punto de terminar que es la historia de un cubano que vive aquí en El Salvador, es un músico cubano que vino hace más de 10 años, Pedro Martínez.Pedro es graduado en una de las mejores academias de música en Rusia, cuando era todavía la Unión Soviética y fue testigo de todo el derrumbe del socialismo y me interesó mucho el tema. Estoy recogiendo todo el testimonio.El otro es un documental que aun no he podido terminar porque me parece complejo, que es la visión que tienen los salvadoreños de la muerte, toda esa cultura de la muerte, de la violencia, pero no desde el punto de vista antropológico sino que es esa manera de cómo veo yo que vengo un poco de fuera y que me extraña de cómo los salvadoreños conviven con la muerte de una manera para mí inusual, pero tan cotidiana que para mí, siendo también salvadoreño, no acabo de adaptarme.El documental se llama “Hasta que la vida nos separe”, o sea que cuando aquí se logre pensar de que la vida es lo primero ese índice de violencia y esa mentalidad de que la muerte es pasar a un periodo mejor, la gente dice cuando se va un bus en un barranco y siempre hay una viejita que dice ‘pasaron a una mejor vida’ y yo no puedo (ujjchhh) adaptarme a eso. Estoy en ese documental con mucho empeño porque tengo muchas imágenes buenas de El Salvador, he filmado en un montón de pueblo.p-¿Y por qué esos títulos sugestivos de tus materiales?-“Tal vez sea porque mi padre, a pesar de que era muy buen poeta, tenía buena puntería para los buenos títulos y de alguna manera me preocupo que mis trabajos tengan un trasfondo poético”.
p-¿Y el documental de Pedro Portillo?-
“Lo de Pedro Portillo es una cosa que acabo de terminar: ‘Los paraísos perdidos’ es el título de una obra de Pedro, quien me parece se merecía que alguien dijera algo de él, que se contara algo. El tenía ganas de contarle a la gente que no era un simple fumador de marihuana o ‘jipi’ como injustamente se dice y me llamó la atención. De una manera muy sencilla, modesta, se hizo el trabajo. Es uno de los personajes que valen la pena, refleja mucho del salvadoreño. Pedro camina en ese límite entre la mentira y la verdad, para mí la verdad y mentira de Pedro me interesa mucho. Creo que muchos salvadoreños son así...jejeje